El papel de la insulina en la gestión del peso
- BioBalance
- Jul 15, 2024
- 4 min read
La insulina juega un papel crucial en cómo nuestros cuerpos almacenan y utilizan la grasa. Además de su función en el metabolismo de la glucosa, la insulina también influye en la forma en que el organismo almacena y utiliza otros nutrientes, como las grasas y las proteínas. Ayuda a la síntesis de proteínas, promueve el almacenamiento de grasas en las células adiposas y controla la liberación de glucosa almacenada en el hígado .
Comprendiendo la insulina para la subibaja de peso
Antes de decir cómo afecta nuestro peso ¿qué es la insulina? La insulina es una hormona producida por el páncreas que regula el nivel de azúcar en la sangre. Se libera en respuesta a la ingesta de alimentos, especialmente aquellos ricos en carbohidratos.
El páncreas, específicamente las células beta de los islotes de Langerhans, produce insulina. Cuando comemos, los niveles de glucosa en la sangre aumentan, lo que desencadena la liberación de insulina para ayudar a transportar la glucosa a las células donde se utiliza como energía.

La función de la insulina en el cuerpo
La insulina es esencial para la regulación del azúcar en la sangre. Permite que la glucosa entre en las células, disminuyendo así los niveles de glucosa en la sangre.
También juega un papel significativo en el almacenamiento de grasa y el uso de energía. Cuando hay un exceso de glucosa, la insulina promueve su almacenamiento en forma de glucógeno en el hígado y músculo, y cuando estos almacenes están llenos, convierte el exceso en grasa.
La insulina y su impact en nuestro metabolismo
La insulina afecta el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas. Facilita la absorción de glucosa en las células musculares y adiposas, promueve la síntesis de proteínas y fomenta el almacenamiento de grasa.
Existe una relación directa entre la insulina y la resistencia a la insulina. Cuando las células del cuerpo se vuelven resistentes a la insulina, el páncreas produce más insulina para compensar, lo que puede llevar a niveles elevados de insulina en la sangre y, eventualmente, a la diabetes tipo 2.

Insulina y gestión del peso a largo plazo
Existe una relación estrecha entre la insulina y el aumento de peso. La mayor o menor capacidad del tejido adiposo para almacenar lípidos juega un papel importante en el desarrollo de la resistencia a la insulina. Cuando esta capacidad se supera, los lípidos se escapan a otros tejidos donde pueden interferir con la señal de insulina.
Niveles altos de insulina pueden llevar al almacenamiento de grasa porque la insulina promueve la lipogénesis, el proceso de convertir glucosa en grasa.
La resistencia a la insulina también puede contribuir al aumento de peso, ya que el cuerpo intenta compensar la insensibilidad a la insulina produciendo más de esta hormona, lo que a su vez puede aumentar el almacenamiento de grasa.
¿Cuál es el impacto de la insulina en el apetito y el hambre?
La insulina influye en las señales de hambre al interactuar con hormonas del apetito como la leptina. Niveles altos de insulina pueden llevar a una disminución en la sensibilidad a la leptina, lo que puede resultar en un aumento del apetito.
Los niveles de insulina también están relacionados con los antojos de alimentos, especialmente aquellos ricos en carbohidratos y azúcares.
La insulina y la distribución de grasa corporal
Según estudios y reportes de Elsevier, la insulina afecta la distribución de la grasa en el cuerpo, promoviendo el almacenamiento de grasa en áreas específicas como el abdomen.
Es cierto — existe una fuerte relación entre la insulina y la grasa abdominal, lo cual es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Lo que dicen los científicos sobre la insulina y la subibaja de peso
Primero, la obesidad como factor de riesgo:
La obesidad se considera un factor de riesgo para desarrollar resistencia a la insulina. El aumento del tejido adiposo se ha relacionado con la producción de citoquinas proinflamatorias, las cuales actúan en la respuesta inmune innata, inespecífica o inflamación, y ácidos grasos que contribuyen a esta resistencia a la insulina.
Segundo, las calorías y el almacenamiento de grasa
Ingerir más calorías de las necesarias puede resultar en un exceso de azúcar en las células, que se convierte en grasa. Esto aplica tanto a personas con diabetes como a aquellas sin la enfermedad. La cantidad de calorías necesarias varía según el nivel de actividad física.
La estrategia primordial para mantener niveles saludables de insulina
Empecemos por lo primero que cualquier médico debería destacar antes de recetarte medicina: la alimentación adecuada.
Es esencial mantener una dieta balanceada y baja en carbohidratos refinados para regular los niveles de insulina. Optar por alimentos con bajo índice glucémico, ricos en fibras y proteínas puede ayudar.
Incluir alimentos que ayuden a regular los niveles de insulina, como aquellos ricos en fibras, proteínas y grasas saludables.
Estrategias para bajar los picos de glucosa en sangre incluyen consumir grasas y proteínas junto con carbohidratos para aumentar la saciedad y reducir la respuesta de la insulina.
”Si ingieres más calorías de las que necesitas para mantener un peso saludable, las células recibirán más azúcar de la que necesitan. Esto también ocurre en personas que no tienen diabetes. La cantidad de calorías que necesitas depende de tu nivel de actividad. El azúcar que las células no necesitan se convierte en grasa,” explica Mayo Clinic.
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